Fundación Asprodisis continúa trabajando para lograr que la vida en comunidad de las personas con discapacidad intelectual sea una realidad

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¿Cómo te gustaría vivir a ti? Esta es la pregunta de partida para comprender el cambio de modelo en el que está trabajando desde hace años Fundación Asprodisis. La Convención de los Derechos Humanos de las Personas con Discapacidad reconoce el derecho a una vida independiente y vivir en una residencia no lo garantiza.

Por ello, desde la entidad se está desarrollando el proyecto ‘Mi Casa’ de Plena Inclusión, que persigue que la vida en comunidad sea una realidad. Es decir, que las personas con discapacidad intelectual puedan vivir en hogares normales, con espacios individuales, compartiendo con un grupo reducido de personas y contando solo con los apoyos que realmente necesite.

La necesidad de este proyecto se ha puesto aún más de manifiesto con la pandemia, con la que, además de perder más derechos que el resto, las personas que viven en residencia se han visto obligadas a convivir en grandes grupos, aumentando así la probabilidad de contagios.

Desde Asprodisis se trabaja desde el principioesencial de que cada persona tiene el derecho a decidir cómo quiere vivir su viday son muchas las que solicitan una vida diferente a la que tienen en residencia, donde tengan más autonomía e independencia.

Por supuesto, en este modelo de vida en comunidad se cuenta con las personas con grandes necesidades de apoyo y debe ser un proceso basado en valoreséticosy centrado en la persona y en la familia.

La fundación ya cuenta con dos viviendas en el centro de Ronda donde se iniciará el proyecto y se está formando a agentes que estarán implicados en este proceso. Pero para que las personas con discapacidad intelectual tengan su lugar en la sociedad, lugar al que tienen derecho según el ART. 14 de nuestra Constitución se hace necesario el apoyo tanto de las administraciones públicas como de la sociedad.

La inclusión de las personas con discapacidad intelectual es una cuestión de demasiada envergadura como para que dependa solo del movimiento asociativo. Toda la ciudadanía y poderes públicos deben tomar parte en esta transformación.