Dedicar tiempo a los demás y prestar apoyos. Eso es lo que Ana Rubiales hace en Asprodisis desde hace tres años. Reconoce que “el voluntariado ayuda a romper mitos sobre la discapacidad intelectual” y que desde un primer momento le sorprendió “las capacidades que estas personas tienen para el trabajo”.

Ana visita los martes el taller de repostería ‘El trébol dulce’. No tenía experiencia previa en la elaboración de dulces y panes, pero los miembros del taller se lo ponen fácil. “Son ellos los que me enseñan las recetas y los que me van explicando los pasos”, afirma. Además, con una alegría especial, explica que “son un equipo lleno de valores y de habilidades. Se animan entre ellos y eso es genial”.

Nuestra voluntaria, activa y llena de inquietudes, también ha pasado por los talleres de jardinería y cerámica y en algunas ocasiones participa en las salidas de los fines de semana del Club Actiocio. Y es que, según cuenta “me voy de aquí con las pilas cargadas”.

Ana es realista y es consciente de que en el mundo de la discapacidad queda mucho por hacer para conseguir la inclusión. “Hay mucho desconocimiento sobre la discapacidad. Hay todavía quien no ve a las personas con discapacidad como al resto”. Para ella, la clave para cambiar esto está en la educación, “tenemos que inculcar a los niños la importancia de la inclusión social, es vital”, manifiesta.

Ana Rubiales es ejemplo de apuesta por la plena inclusión. Es de esas personas que trabaja, se implica y cada día intenta dar los mejores apoyos a las personas con discapacidad intelectual. Gracias a voluntarios como ella seguimos avanzando.