La vivienda en el entorno, el futuro de las personas con discapacidad intelectual

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En 1983 Gales revolucionó el modelo de vida de las personas con discapacidad intelectual promoviendo la desinstitucionalización, es decir, se impulsó la vida en hogares en la comunidad en detrimento de las residencias. La idea era clara, se pretendía establecer un patrón normal de vida en la comunidad, para que las personas fuesen tratadas como individuos únicos y fomentar la ayuda conjunta de comunidad y profesionales, con independencia del nivel y del tipo de apoyo que se necesite.

El modelo desarrollado en Gales se creó partiendo de la consideración de que todas las personas son ciudadanos de pleno derecho con capacidad para tomar sus propias decisiones y participar en las actividades de su comunidad desempeñando roles valiosos

Las viviendas en el entorno refuerzan la independencia y la integración de las personas con discapacidad intelectual. Además, permite que las personas cuenten con un estilo de vida más activo, siendo más participativos en tareas cotidianas, siempre adaptadas a sus capacidades.

Y es que, aunque muchas personas, puedan echarse las manos a la cabeza al pensar que una persona con pocas necesidades de apoyo o con grandes necesidades de apoyo dejen una residencia, solo hay que responder a una pregunta: ¿Cómo te gustaría vivir a ti? ¿Prefieres un hogar con pocos compañeros o una residencia con decenas y decenas de personas?

El modelo de vivienda en el entorno se ha convertido ahora en uno de los retos de Plena Inclusión que busca procesos más inclusivos y personalizados para todas las personas. Para ello, ha puesto en marcha el proyecto de pilotaje “Mi casa”, con el fin de que en un futuro dicho modelo sea una alternativa de vida.